
Redacción: Cosas / Foto: Bad Bunny vía Instagram
Bad Bunny cerró con broche de oro su residencia “No Me Quiero Ir de Aquí: Uno Más” en el Coliseo de Puerto Rico, un hito musical y cultural que dejó huella dentro y fuera de la Isla.
El pasado fin de semana, Benito Martínez (conocido mundialmente como Bad Bunny) se despidió del público puertorriqueño con un espectáculo inolvidable en el Choliseo de San Juan. Su residencia, que abarcó 31 presentaciones en vivo, no solo llenó el recinto en cada función, sino que también alcanzó récords en la plataforma Amazon Prime Video, donde se transmitió el último concierto en vivo.
El show, titulado “No Me Quiero Ir de Aquí”, marcó el final de una era que consolidó a Bad Bunny como uno de los artistas más influyentes de su generación.
En honor a su impacto en la música y en la cultura, el Coliseo de Puerto Rico otorgó a Bad Bunny las llaves del recinto, un gesto reservado para personalidades que marcan la historia del lugar. Este reconocimiento simboliza la profunda conexión del artista con su tierra natal y con el público que lo ha acompañado desde sus inicios.
Más allá del fenómeno musical, la residencia de Bad Bunny generó un impacto económico extraordinario para Puerto Rico. Según estimaciones oficiales, la serie de conciertos representó:
Estas cifras reafirman el poder de la música como motor cultural y económico, y colocan a la residencia de Bad Bunny como un caso único en la industria del entretenimiento latino.
Lo logrado en el Choliseo trasciende lo musical: Bad Bunny demostró cómo un artista puede transformar su influencia en un movimiento cultural y económico capaz de beneficiar a todo un país. Con esta residencia, Benito no solo hizo historia en los escenarios, sino que también dejó un legado imborrable para Puerto Rico.