
Redacción: Cosas / Foto: Kris Jenner vía Instagram.
En un giro inesperado y profundamente íntimo, Demna Gvasalia se despidió de Balenciaga con un desfile que rompió con todos los esquemas tradicionales del espectáculo de moda. Tras una década al frente de la dirección creativa de la histórica casa fundada por Cristóbal Balenciaga, el diseñador georgiano optó por cerrar su ciclo de manera personal, introspectiva y minimalista.
Lejos de las grandes puestas en escena que han caracterizado muchos de sus desfiles anteriores, esta última colección fue presentada sin música, sin luces estridentes, sin escenografía exuberante. En su lugar, se impuso un silencio ceremonial, apenas interrumpido por el eco de los pasos de las modelos que recorrían el espacio, acentuando el carácter contemplativo del evento.
Entre las figuras que protagonizaron esta despedida estuvieron algunas de las más icónicas musas del universo Balenciaga: Kim Kardashian, en uno de los momentos más comentados de la noche; la legendaria actriz francesa Isabelle Huppert; la supermodelo Naomi Campbell; y la inconfundible Eva Herzigova. Todas ellas caminaron con sobriedad, encarnando la visión de Demna con la misma intensidad con la que han acompañado sus propuestas a lo largo de los años.
Pero el desfile no terminó allí. En otro gesto simbólico, las imágenes oficiales de la colección no fueron tomadas con el fondo tradicional de una pasarela, sino que fueron capturadas en distintos rincones de París. Desde calles adoquinadas hasta espacios emblemáticos de la ciudad, la colección fue retratada en contextos reales.
Este último desfile no solo marca el fin de una era para Balenciaga, sino también la culminación de un lenguaje visual radical, provocador y profundamente conceptual que Demna supo construir. Su legado se inscribe en cada costura, en cada gesto silencioso de este desfile sin banda sonora, pero lleno de significado.