

Redacción: Cosas | Fotos: Getty Images y Universal Pictures
El éxito del año pasado, que se convirtió en la adaptación cinematográfica de Broadway más exitosa de todos los tiempos, llega a su épico, electrizante y emotivo final en Wicked: Por Siempre. El desenlace nos lleva de nuevo al original Mago de Oz y logra cerrar círculos con maestría y sin dejar de lado la nostalgia.
Nuevamente dirigida por el galardonado director Jon M. Chu y estelarizada por Cynthia Erivo y Ariana Grande, el capítulo final de la historia inicia con ambas alejadas y viviendo con las consecuencias de sus decisiones. Elphaba, ahora demonizada como la Bruja Malvada del Oeste, vive en el exilio, escondida dentro del bosque oziano mientras continúa su lucha por la libertad de los animales silenciados e intentando desesperadamente revelar la verdad que ella sabe sobre el Mago (Jeff Goldblum). Glinda, mientras tanto, se ha convertido en el símbolo glamoroso de la bondad en todo Oz, viviendo en un palacio en la Ciudad Esmeralda y deleitándose con los privilegios de la fama y la popularidad. Lo mejor: una niña de Kansas irrumpe en la escena y nos trae la trama original intacta.
EL PODER DE UN CLÁSICO

En 2024, Wicked no solo batió récords de taquilla convirtiéndose en la adaptación cinematográfica de un musical de Broadway más exitosa de todos los tiempos, sino que también reafirmó por qué esta historia ha forjado una conexión tan profunda con el público de todo el mundo durante más de dos décadas. Ahora, en Wicked: Por Siempre, el poder emocional de esa historia alcanza su cénit. “Wicked siempre ha conectado con algo universal”, señala el productor Marc Platt. “Está repleta de espectáculo, música y magia, pero en el fondo es una historia sobre la verdad, la percepción y las decisiones que tomamos entre el bien y el mal. Ahí reside su poder. Refleja el mundo en el que vivimos, la facilidad con que las personas se dejan llevar por la ilusión, la rapidez con la que llegamos a creer lo que queremos creer.
Y, sin embargo, en esencia, trata sobre la compasión, el coraje y la amistad, las cosas que nos hacen querer hacer el bien en el mundo. Lo que hace que esta producción sea tan especial es que esos temas se han vuelto aún más relevantes. La historia sigue planteando preguntas sobre qué es la verdad, qué es lo correcto y en qué tipo de mundo queremos vivir”. “La narrativa gira en torno a la decisión de un personaje, Elphaba, de alzarse, sola, contra la crueldad hacia los demás”, expresa el director Jon M. Chu. “Elphaba se parece a Atticus Finch en Matar a un Ruiseñor, que defiende lo que es correcto sin importarle las consecuencias personales. Admiramos a estos héroes morales porque todos queremos creer que, si nos enfrentáramos a las mismas decisiones, también seríamos Atticus o Elphaba. Pero la mayoría de nosotros, si somos sinceros con nosotros mismos, nos parecemos más a Glinda.
A menudo tenemos un poco de miedo. Calculamos el riesgo de expresar nuestra opinión. Queremos hacer lo correcto, pero tenemos miedo de arriesgar lo que tenemos. Por suerte, el heroísmo tiene poder y valor sin importar cuándo lo invoquemos. Y en esta segunda parte, la decisión de Glinda de salir de su burbuja y unirse a la lucha cuando sabe perfectamente el precio de esa decisión, es un acto de valentía tan significativo como el de Elphaba”.
DOS MEGAPRODUCCIONES ¡AL MISMO TIEMPO!

La primera y segunda parte se rodaron simultáneamente, lo que permitió a los cineastas maximizar la eficiencia de los espectaculares sets construidos para las películas. Esto requirió que todos los departamentos prepararan el diseño de producción, la cinematografía, el vestuario, la peluquería y el maquillaje, la música, las escenas con dobles de riesgo y mucho más para ambas películas, al mismo tiempo. También requirió que los actores interpretaran versiones más jóvenes y más maduras de sus personajes, a menudo en la misma semana. La impresionante cantidad de trabajo coordinado exigió una organización, una comunicación y una creatividad extraordinarias.
EL AISLAMIENTO DE CYNTHIA Y EL CARISMA DE ARIANA

Para Cynthia Erivo, este filme representa la culminación deuna de las interpretaciones más transformadoras de su carrera. El papel ha exigido todas sus capacidades artísticas a nivel vocal, emocional y física. Para interpretar a Elphaba, tuvo que encarnar a una mujer definida por la contradicción: temida pero incomprendida, poderosa pero profundamente humana. “Gran parte del viaje de Elphaba en esta película es una batalla en solitario, y eso también fue así para mí en el set”, explica. “Hubo muchos días en los que estaba sola en un espacio. Sin otro actor con quien interactuar, tuve que buscar inspiración en el entorno y en el estado mental de ella. Fue un reto, pero también me permitió meterme de lleno en su cabeza y me ayudó a comprender lo que significa cargar sola con tanto peso”.

Para Erivo, el filme representa a una culminación de la fe y la colaboración. “Desde el punto de vista de Elphaba, yo espero que inspire a la gente a mantenerse peleando por lo que cree, incluso cuando sea difícil. También espero que haga que la gente piense en sus amistades, que pueden cambiar, crecer y transformarse sin romperse”. Ariana se erige como el pilar del frágil nuevo orden de Oz. Ahora elevada como la figura de esperanza del pueblo, soporta el peso de la adoración mientras se enfrenta en privado a la soledad del liderazgo. “Ella pasa toda la historia buscando el verdadero significado de la bondad, y esa definición cambia muchas veces a medida que se producen acontecimientos traumáticos; y son muchos los que experimenta, que la impulsan hacia la verdad. Su arco emocional es lo que más me gusta de ella. La gente la ve como alguien alegre y divertida, y por supuesto que lo es, pero en el fondo es alguien que está sufriendo mucho, que es profundamente infeliz, y tiene mucho que aprender.”
EL MARAVILLOSO MAGO DE OZ JEFF GOLDBLUM

Jeff Goldblum vuelve a interpretar al Mago, quien ahora enfrenta el colapso del mundo que construyó con ilusión. “El Mago era un mago itinerante y adivino que siempre había sido en parte showman y en parte embaucador”, dice Goldblum. “En algún momento es arrastrado a Oz, donde utiliza su astucia para convencer a los demás de que posee un poder real. No es malicioso por naturaleza, pero es oportunista y aprende a prosperar gracias a la influencia y la adoración. Con el tiempo, empieza a creer en su propio engaño. Sin embargo, en el fondo, todavía hay una parte de él que quiere hacer algo bueno. Creo que simplemente se pierde en la ilusión”.
LA MODA, SIEMPRE PROTAGONISTA

El ganador del Premio de la Academia, Paul Tazewell, quien ganó el Óscar en la categoría de Mejor Diseño de Vestuario por su trabajo en Wicked , regresa con un lenguaje visual más intenso que refleja el cambio de la historia, desde el descubrimiento juvenil hasta la reflexión. Mientras que la primera película se desarrollaba en un mundo de transformación y encanto, la segunda se caracteriza por la tensión, las consecuencias y el peso emocional de la identidad. Las prendas se reutilizan, se deconstruyen o se exageran, se impregnan de simbolismo y se alinean con el creciente malestar en Oz. A medida que el paisaje visual se fractura, también lo hacen las siluetas de los personajes.
El vestuario de Glinda es totalmente de alta costura. Las siluetas ligeras y vaporosas, confeccionadas con las telas más finas, realzan la feminidad y el privilegio, reforzando tanto su imagen cuidadosamente curada como la encarnación de la “bondad” dentro del teatro político de Ciudad Esmeralda.