Susana Cala: Disfrutando cada paso y haciéndolo propio

¡La cantante colombiana tuvo su primer show en Quito el pasado 2 de mayo!

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Por: Coté Jaramillo (@cotejaramilloa) / Foto: Universal Music

Susana Cala / Foto: Universal Music

Arial 12 es una tipografía que viene por default en nuestros computadores, pero también es el primer álbum de estudio de esta artista colombiana. Influenciada por músicos de principios de los 2000, como Julieta Venegas y La Oreja de Van Gogh, la cantante logró que el auditorio de la Cámara de Comercio de Quito vibrara con una energía única gracias a su voz y a sus historias hechas canción.

Tiene 27 años y lleva casi una década detrás de escena escribiendo para otros artistas, pero ahora se toma el escenario y lo domina como si llevara toda una vida haciéndolo. Cala como la flor y en honor a su abuela, es su nombre artístico, pero ella en realidad es Susana Isaza. Su apellido puede sonar conocido por el integrante y vocalista de Morat, Juan Pablo Isaza, su hermano, lo que confirma que el talento musical es algo que corre por las venas de su familia. Sin negar de dónde viene y con quién se relaciona, Susana ha sido capaz de crear un lugar para ella en esta competitiva industria y encontrar una voz y una lírica con las que miles de personas se conectan. Y aunque admite que su hermano ha sido un gran mentor en su carrera y una guía clave, ella tiene claro que cada quien va encontrando su destino. “He estado en un proceso constante de entender que cada persona tiene su camino, de disfrutar cada paso y hacerlo propio”.

SU VOZ, EN QUITO

Este fue el primer concierto de Susana en la capital, sin embargo, no era la primera vez que cantaba sobre tierras ecuatorianas, pues en julio de 2024 ella se presentó en el acto de apertura de los shows de Morat en su gira de estadios. Descrito con sus propias palabras: “Ir de gira -con Morat- me ayudó a entender la magnitud que tienen las canciones y comprendí el impacto que tienen en la gente”. Y es que hace menos de un año cantó para estadios llenos en Quito y Guayaquil, dando a conocer su gran talento y carisma. Convertido en un Sold Out pocas horas antes de comenzar con su puesta en escena, su concierto estuvo cargado de sentimientos y de emociones.

En el escenario, ella juega visualmente con imágenes que representan la pantalla de su computador, haciendo alusión al título del álbum. A pesar de que la puesta en escena es impecable y muy creativa, lo más impactante son sus composiciones. Ella misma dice que hay dos tipos de público al momento de consumir música: las que se enfocan en el ritmo de la canción y los que se concentran en la letra. Y es que definitivamente, a quienes les gusta su música son las personas que se apropian de cada palabra. Con frases como “si contigo soy feliz a medias, yo quiero estar triste” o “somos un beso que no conoce la luz del sol / somos un viernes pero no un domingo” transmite de manera simple y sencilla aquellas cosas que nos cuesta tanto explicar.

Andrés Cepeda, Sweet California y Ximena Sariñana son algunos de los artistas con los que se ha sentado a componer, pero esto no hace de su música algo menos personal. “Cuando uno compone para alguien más, te pones en los zapatos de esa persona. Ellos te cuentan su historia, qué quieren decir y tú haces el trabajo de empatía para entender cómo traducirlo. Cuando escribes algo que estás sintiendo es más difícil, porque te toca explicar algo que pasa dentro de tí, entonces escribir es casi un ejercicio de entender realmente lo que te está pasando y traducirlo en una canción”.

Arial 12 es un álbum que cualquiera de veintitantos va a sentir como propio porque habla del amor, de las primeras rupturas, de estar enamorado, de aquellos días buenos y malos, de la catarsis que implica escribir y luego compartir...

Susana entendió que se hace camino al andar y por ahora está disfrutando de su primera gira. Dice que se deja sorprender por lo que le espera en cada ciudad, compartir con la gente y busca llegar al corazón de todas aquellas personas que ponen play a cualquiera de sus canciones. No le da miedo ser transparente con sus letras pues entendió que la gente se siente identificada porque pasan por las mismas situaciones y no es secreto cuando vemos que viajaron de distintos rincones del país para acompañarla en una noche inolvidable y poder gritar estas frases que sienten como propias.

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