
Por. Pilar Sordo
Es muy probable que algo esté pasando en tu vida desde empezar una dieta, porque quieres dejar de consumir azúcares y harinas, hasta tomar la dolorosa decisión de separarte. Seguramente debes estar pensando todo el día en los pro y en los contra de todo lo que te gustaría decidir. Se dice, además, que para cualquier sueño que tengas en la vida debes ponerle voluntad para transformarlo en lago real. Puedes querer empezar a ser cariñoso (a), ir a un gimnasio, juntarte con tus seres queridos y tantos otros objetivos que nos proponemos todos los días. Cualquiera que sea el desafío que debas o quieras enfrentar, se necesita “un sólo segundo de coraje”, para que quizás toda la vida pueda cambiar. Es un segundo antes de mandar un audio, antes de decir “no puedo más” o “no quiero hacer esto o aquello”, o tal vez un segundo para empezar a lograr esa meta que te tiene con esa sensación de algo pendiente en la vida.
Seguramente, al leer esta columna, irás de inmediato a recordar cuántos segundos de coraje has tenido en tu vida, desde aquel que te llevó a formar pareja, hasta tantos otros que acompañan tu historia y donde algunos deben haber estado inundados por el vértigo. Es claro que ese segundo no es suficiente; debes ser capaz de mantenerlos en el tiempo si es que consideras, desde el amor y no desde el miedo, que vale la pena mantenerlo. En todo caso, sea que lo mantengas para siempre o lo cambies por conciencia absoluta de tu ser, todo comienza por ese segundo de coraje que necesitas tener.
A nivel emocional, cuando uno ha vivido ese segundo, se experimenta, según lo que dice la gente en mis talleres y por experiencia personal, un vértigo increíble, miedo, pero al mismo tiempo mucha paz cuando se visualiza el otro lado o costado de ese segundo. Algo que hemos descubierto es que cuando aquel segundo es correcto de tomar, hay silencio en el alma. Puede haber miedo pero hay vacío de ruido en la cabeza. Junto con el segundo hay como un suspiro que genera alivio al imaginar el cambio o el logro que se pondrá en marcha a partir de ese momento.
Imagina esa llamada o esa conversación que cambiará tu vida, esa conversación que está pendiente y que necesitas tener, esos cambios en tu vocación para empezar a hacer lo que amas, ese “no” que estás que gritas y que no puedes hacerlo, o ese “sí” que puede hacer latir tu corazón muy fuerte y sentirte vivo.
Te invito a revisar tus segundos de coraje, esos dados por el alma y que seguramente no te generarán arrepentimiento sino orgullo hacia ti mismo. Junto con revisar esos antiguos segundos, te invito a pensar en los que tienes que ejercer para empezar o terminar algo en tu vida. Ojalá tengas el coraje de hacerlo, vencer el vértigo y escuchar ese silencio que si es correcto, seguramente inundará tu alma.
Un abrazo.