PILAR SORDO | Agradecer, Aprender y Empezar de Nuevo

Años buenos, años malos

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Por: Pilar Sordo / Archivo COSAS Enero 2016

En estos días es muy frecuente escuchar de diferentes personas, frases como “el último año ha sido un año intenso”, “Este ha sido un año de ‘mierda’”, “ha sido un buen año”, “no me di cuenta cómo pasó”, etc. Todos empezamos a tomar conciencia de que se nos acabó un año de vida y estamos además con una sensación de agotamiento que esperamos renovar lo antes posible para arrancar el año que comienza.

A lo largo de mi vida he ido aprendiendo que no hay años malos y tampoco buenos; que hay años donde hay más que agradecer y otros donde hubo más que aprender. En general uno espera tener años donde siempre pasen cosas buenas y todo lo que hagamos se resuelva rápido. Sin embargo eso no ocurre nunca. Los años, independiente de lo que diga el tarot y otras formas de conocimiento, traen de todo.

Seguramente este año tuvimos pérdidas, dificultades económicas, dificultades familiares, a lo mejor de pareja, con los hijos, en el trabajo, etc. y también muchas, muchísimas alegrías que nos hicieron sentir que la vida tiene sentido y que al final las cosas más importantes son aquellas que no tienen valor económico y paradójicamente son aquellas a las que más tiempo les dedicamos.

Una señora en un taller el otro día me decía que había aprendido a agradecer todo lo que el año le trajo, que aprendió a no quejarse y encontrar que todo tiene un significado y que el trabajo en el año es sólo descubrir cuál es.

Me pareció tan sabia, que empecé a preguntarme por lo que me ha tocado vivir a mi durante este último año. En realidad fue un año intenso, de mucho movimiento interior, con muchos dolores y también con muchas alegrías.

Tendría que decir que fue un año redondo, aprendí mucho, viví intensamente y batallé con mis inconsecuencias y peleas internas con cierto éxito. Los desafíos para este nuevo año son enormes: seguir aprendiendo de todo lo que la vida nos da y tener la capacidad de agradecer lo bueno, ser capaces de apreciarlo todos los días y también entender que lo malo que llegue servirá para aprender lo que cada uno de nosotros necesite aprender. Claves para eso parecen ser: alejarse de todo lo que nos quite o nos absorba nuestra energía positiva, tener sentido del humor, ser agradecidos y tomar la actitud –difícil- de encontrar la señal o el mensaje de que cada cosa que nos ocurre tiene un aprendizaje o un regalo escondido.

Al final parece que no hay años malos, sólo años con muchos o pocos aprendizajes. Parece curioso que los que consideramos muy malos para nosotros, en la perspectiva del tiempo son los años que siempre recordamos y muchas veces aquellos que más agradecemos. Al iniciar este año, quiero agradecer ese cariño incondicional que les hace leer mis columnas. Darles las gracias por seguir y a veces acompañar mis investigaciones y también mi vida personal.

Desde mi pequeñez he intentado colocar temas que desde la simpleza nos hagan ver aquello que justamente, por lo simple, no vemos. Para este nuevo año sólo les deseo sabiduría, esa que nos permita reconocer y ver lo bueno y aprender a descubrir los mensajes de lo malo que nos toque vivir. Con eso, todo lo que vaya a llegar a nuestras vidas nos permitirá crecer un poquito más y ser mejores personas.

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